En medicina se denomina “ingrediente activo” a aquello que produce el efecto curativo de un fármaco, aunque muchas otras cosas colaboren a ello (entre ellas la relación médico-paciente).
En la psicoterapia, la “sustancia” terapéutica está intrínsecamente unida a la propia relación entre terapeuta y paciente, la estrecha colaboración entre ambos para poder entender y modificar, aliviando al menos, el sufrimiento psíquico de la persona, y potenciar sus capacidades para la salud y desarrollo vital a través del diálogo psicoterapéutico.
También dentro de la investigación empírica hay una vertiente, que estudia los “factores comunes” en los distintos enfoques psicoterapéuticos, que evidencian que la relación terapéutica contribuye más a la eficacia que la técnica empleada (1).
Estos factores se refieren a aspectos como la manera en que el terapeuta acuerda y establece alianza de trabajo con el paciente, la forma en que maneja los límites de su intervención, o repara los desencuentros en la propia relación y los usa para avanzar, cómo es capaz de “ponerse en la piel de la otra persona” y a la vez examinar sus sentimientos y pensamientos ante esa persona para entenderla mejor, la forma en que proporciona un ambiente de confianza y seguridad para explorar los problemas emocionales, y así acompañar a la persona y ayudarla a desentrañar y desenvolverse con esos problemas.
Pero si podemos decir que en la psicoterapia el “ingrediente activo” es precisamente la propia relación, que en nuestro enfoque, el psicoanalítico, tiene mayor relieve puesto que se ha desarrollado precisamente poniendo a esta relación en el centro de su intervención, a través de los fenómenos que se producen en la misma y que permiten un trabajo muy especializado con el paciente sobre su propia forma de verse, pensar y relacionarse consigo mismo y con los otros.
Podríamos decir que el psicoterapeuta psicoanalítico trabaja así en el “interior” de la relación, donde se construye la experiencia, en el sentido de entender a la persona como un todo, con una historia y en un contexto familiar y cultural propios, y partiendo de la base de que su personalidad se ha desarrollado con su experiencia vital y con aspectos inconscientes que con distintos niveles de desarrollo y condicionantes, se muestran en los conflictos vitales que le causan aflicción. Los síntomas son un revelador de ese sufrimiento, pero por eso para entender su significado en cada uno, se precisa un encuentro personal y colaboración estrechos entre paciente y terapeuta a lo largo de un proceso terapéutico.
Esto por otro lado complica la manera en que desde la investigación empírica podemos extraer evidencia científica: si con fármacos se puede hacer un ensayo en donde se compara en un número grande de sujetos, divididos en dos grupos, si funcionó mejor la sustancia A o la B (un placebo, otro fármaco – esto es lo que se llama ensayo controlado aleatorizado -ECA- y que es el mejor modelo de investigar la eficacia de un fármaco), en donde a todos los sujetos de un grupo se les da la misma sustancia, se puede imaginar la dificultad de ofrecer a un gran número la misma “sustancia” en psicoterapia.
No obstante se han desarrollado métodos para abordar el problema en nuestro campo, que, además de los ECA, exige tomar en consideración otras investigaciones empíricas adecuadas a la complejidad de nuestra práctica, como el estudio sistemático de caso único (2) o los métodos cualitativos de investigación (3) que observan por ejemplo, la comunicación entre paciente y terapeuta de una forma muy exhaustiva e intensiva, para poder comprender qué es lo que ayuda a la mejoría y el cambio.
La psicoterapia psicoanalítica se sitúa ahí en un nivel que corresponde a una ciencia de mayor complejidad, más exigente en la investigación, pero eso no ha sido obstáculo para que ésta se haya potenciado en las últimas décadas, y haya estudios de gran calidad con resultados que muestran la gran eficacia y fortalezas particulares de este enfoque (4): su eficacia para determinados problemas (como los de personalidad), en muy distintos ámbitos asistenciales y etapas vitales y el mantenimiento de la mejoría a más largo plazo y en un rango de objetivos vitales más amplio respecto a otros enfoques (5).
No es casual que desde hace décadas en Alemania la psicoterapia psicoanalítica sea una de las fundamentales y financiadas por el sistema público de salud (6). Todo ello contradice mitos y falacias que en la divulgación poco informada a veces se difunden (7), cuestionando la eficacia de una práctica psicoterapéutica que ha sido históricamente, y sigue siendo, fundamental en la atención a los problemas de salud y la salud mental especialmente, así como en la comprensión psicológica del ser humano .
AGUSTÍN BÉJAR
Psicoterapeuta.
1-Norcross JC, Michael J. Lambert. Psychotherapy Relationships that Work (Volume 1: Evidence-Based Therapist Contributions Third Edition). Oxford University Press. New York: 2019.
2-Kächele H, Schachter J, Thomä H (The Ulm Psychoanalytic Process Research Study Group). From Psychoanalytic Narrative to Empirical Single Case Research. Routledge.Taylor & Francis Group, New York: 2009.
3- Kächele H, Erhardt I, Seybert C, Buchholz B. Countertransference as object of empirical research? Article in International Forum of Psychoanalysis · May 2013
4-Shedler J. The Efficacy of Psychodynamic Psychotherapy. 2010 American Psychological Association Vol. 65, No. 2, 98–109 DOI: 10.1037/a0018378
5- Leuzinguer-Bohleber y cols: The LAC study. A comparative outcome study of psychoanalytic and cognitive-behavioral long-term therapies. (Chp 9 in: Outcome Research and the Future of Psychoanalysis. Clinicians and researchers in dialogue. Eds. Leuzinger-Bohleber, Mark Solms and Simon E. Arnold. Routledge New York, 2020).
6-Gerlach A, Kächele H, Leuzinguer-Bohleber M, Rudolf G. Psychoanalytic therapy. A statement addressed to the scientific community and to the Scientific Advisory Board for Psychotherapy. (2004)
7-Leichsenring F, Abbass A, HIsenroth J, Luyten P, Munder T, Rabung S, Steinert C.(2018) “Gold standards”, plurality and monocultures: the need for diversity in psychotherapy. Frontiers in psychiatry Front Psychiatry 9:159. Doi:: 10.3389/fpsyt.2018.00159.